Si estás comprando o vendiendo un inmueble, tarde o temprano tendrás que tratar con un notario. Es posible que ya hayas tratado con más de uno y que, a pesar de ello, te sigas preguntando ¿para qué sirve un notario?
En términos técnicos, un notario es un profesional del Derecho que otorga carácter público a los documentos privados y los autoriza con su firma. Es un testigo que garantiza la legitimidad de los documentos en los que interviene y proporciona a los ciudadanos la seguridad jurídica en el ámbito extrajudicial. A diferencia de los abogados, está obligado a mantener la neutralidad en sus actos.
Los notarios deben contar con capacidades técnicas y morales ejemplares, que requieren de un alto grado de especialización. Por eso, en la mayoría de las entidades federativas tiene que aprobar varios exámenes para obtener la patente de notario y sólo pueden ejercer su profesión dentro de dicha entidad.
Una de sus principales responsabilidades es interpretar la voluntad de las partes y plasmarla en un documento redactado bajo su responsabilidad. Puede ser una escritura pública, si se trata de dar fe de un acto jurídico, como por ejemplo un contrato; o bien un acta notarial, si se certifica un hecho jurídico o material, como por ejemplo una notificación.
El notario es responsable de guardar y reproducir estos documentos. También apoya a las autoridades locales y federales en el cálculo de impuestos y de derechos; y vigila que se cumplan los procedimiento necesarios para que se publiciten los actos que ante él se otorgaron.
El notario es el responsable de registrar la compraventa de un inmueble en el registro público de la propiedad para garantizar los derechos del comprador. Por costumbre (mas no por ley), el comprador es quien elige al notario a la hora de celebrar la compraventa. Así que si piensas comprar un inmueble, te recomiendo que selecciones al notario de tu preferencia.
